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Investigadores del ai2 trabajan en un autobús autónomo y un vehículo inteligente de reparto de mercancías

REUNIÓN METROPOLIS

Investigadores del ai2 trabajan en un autobús autónomo y un vehículo inteligente de reparto de mercancías

REUNIÓN METROPOLIS

Investigadores del Instituto ai2 han desarrollado una prueba de concepto de una arquitectura hardware y software para un autobús autónomo. Los primeros resultados se presentaron el pasado 25 de abril en Valencia en el marco de la reunión del proyecto METRÓPOLIS, que reúne a las universidades politécnicas de Madrid, Barcelona, Cartagena y Valencia.

El proyecto, que durará hasta septiembre de 2024 y está ahora a mitad de recorrido, comenzará en aproximadamente mes y medio el caso de uso que tiene previsto desarrollar en el carril bus VAO de Madrid en la A6, que llega hasta el intercambiador de Moncloa. El proyecto contempla la instalación de cámaras dentro de los autobuses de ALSA, socio de METRÓPOLIS, para recoger datos de tráfico de pasajeros y flujos de personas en la dársena del intercambiador. A partir de esos datos, se desarrollarán algoritmos de inteligencia artificial para gestionar mejor esa ruta, el tráfico y la necesidad de más o menos frecuencia de autobuses.

En ese contexto, el trabajo de los investigadores del ai2 implicados en el proyecto es exportar la arquitectura particionada que llevan más de una década desarrollando y que ya se utiliza en centenares de satélites, al bus autónomo. “La idea es que ese vehículo autónomo funcione con aplicaciones aisladas, al igual que ocurre en los satélites, de manera que ganemos en eficiencia y en confidencialidad entre aplicaciones”, explica Patricia Balbastre, investigadora principal del proyecto METRÓPOLIS en la UPV.

Vehículo autónomo para reparto de mercancías

En la misma línea, en unos meses se pondrá en práctica otro caso de uso en Barcelona, en este caso, relacionada con reparto de mercancías. En ese contexto, el ai2 diseñará la arquitectura software y hardware necesaria para un vehículo autónomo de reparto que pueda acceder al área urbana, descargar y seguir con su ruta. “Son pruebas de concepto de posibles casos de uso que podrían darse en un futuro y que, evidentemente, dependen de la adaptación, especialmente la sensorización, de las ciudades”, explica Balbastre. “No creo que el uso de estos vehículos autónomos sea una realidad inmediata porque necesitan certificarse muy bien para asegurarnos de que no van a fallar en ningún momento. En sectores como la aeronáutica o el espacial, es decir, para aviones y satélites, hay ya estándares de certificación muy definidos, pero no para la movilidad en las ciudades. Pero precisamente por eso es necesario seguir investigando en esta línea”, añade la investigadora.

Soluciones integrales para las ciudades

El proyecto METRÓPOLIS, que trabaja en todas estas líneas para diseñar las ciudades del futuro, está financiado por la UE y el Ministerio de Ciencia e Innovación y permitirá recoger una gran cantidad de datos con el objetivo de tomar decisiones sobre rutas de transporte de mercancías y de pasajeros, buscar soluciones para evitar atascos, y hacer más segura y sostenible la movilidad en las ciudades, en general. “El objetivo es seguir investigando entorno a estas cuestiones de manera que consigamos soluciones integrales”, comenta Balbastre. “La idea de arquitecturas particionadas hará posible que el vehículo autónomo no solo permita la conducción sin conductor, sino que pueda incorporar funcionalidades adicionales y aplicaciones aisladas entre sí para, por ejemplo, recoger datos de tráfico”.